Discapacidad emocional
Javier Sandomingo | Entrenador del Bilbao BSR
Javier Sandomingo habla de discapacidad emocional: "esa gente que no es capaz de entender que hay situaciones que te complican la vida. Personas que hacen cosas sin sentido, energúmenos...que no tienen la capacidad de tener empatía. Eso lo sufren la mayoría de los políticos y gran parte de la gente que vive en este país". Y es que, si nos ceñimos a calificar de "discapacidad" a las dificultades que se etiquetan con una pegatina azul, lo más probable es que suframos de esos problemas emocionales que el entrenador del Bilbao BSR, equipo de baloncesto en silla de ruedas de Bilbao, explica.
Sandomingo entrena al BSR desde hace seis años, un equipo que, aunque a muchos bilbaínos les suene a "equipo de aficionados", basta con teclear su nombre en Google para descubrir que se encuentran en la división de honor de la categoría de la Liga BSR, la más importante de los deportistas discapacitados. "Este fin de semana tenemos partido en Madrid, dentro de dos en Turquía y la siguiente jugamos en Canarias. Todavía estamos pendientes de los resultados de otros partidos, pero seguramente el mes que viene iremos a jugar a Holanda" explica el entrenador sin necesidad de agenda.
Está claro que los jugadores de este equipo no reniegan de su discapacidad: la mayoría rondan los 21 años, y tienen su situación completamente asumida. Para ellos, toparse con un escalón no es problema; tan solo tienen que impulsarse con unos brazos que llevan trabajando desde que tienen uso de razón. "¿Problemas? siempre vamos a encontrar, pero mis chavales vienen completamente integrados, no precisan de unas accesibilidades demasiado especiales. Claramente esto mismo no te lo va a decir una madre que trae aquí a un niño con una parálisis cerebral", continúa el entrenador sobre el polideportivo de Txurdinaga, donde entrenan de lunes a viernes.
Capacidad humana
Sandomingo reconoce que se ha hecho mucho trabajo por adaptar lugares a las personas con dificultades, pero que aún queda por hacer: remarca los problemas geográficos y arquitectónicos; esos que al fin y al cabo se pueden minimizar o suplir completamente con una simple rampa o un ascensor, "pero también hace falta capacidad humana, como en todas partes"- prosigue- "si tú un día te desmayas en la calle da igual lo bien que esté el suelo, si no viene nadie a ayudarte no puedes hacer nada".
La importancia de educar
Y el factor humano entra en juego desde que un niño comienza a ir a la escuela: "si desde que son unos críos en los colegios no se les enseña que son personas iguales a ellos, que muchas veces ni siquiera comparten aula y van a sitios especiales, no puedes pedirle a esa persona cuando sea mayor que lo trate con total normalidad, porque no se le ha enseñado nunca".
El instructor prosigue con un ejemplo muy gráfico: "el otro día estábamos cenando en un hotel y la camarera me preguntó sobre uno de los jugadores que tenía sentado a mi lado: '¿Come pollo?' imagínate nuestras caras. ¡Si tan solo va en una silla de ruedas!".
Sandomingo no deja lugar a dudas, la vida de estas personas puede ser mucho más fácil si nosotros dejamos de padecer esa discapacidad emocional que él no se cansa de repetir una y otra vez: "Al fin y al cabo es una capacidad diferente. Cambiar el método, y convertirlo en parte de tu vida. Eso no te hace discapacitado, te hace diferente, y la diferencia es buena, lo que es malo es que seamos todos iguales".

Hace falta capacidad humana: si un día te desmayas en la calle y no viene nadie a ayudarte no puedes hacer nada"
Siempre encontraremos problemas, aunque mis chavales vengan completamente integrados"
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